¡Ha llegado el verano, ahhh lo adoro!
Yo no se tu pero a mí el calorcito, los días largos, el ritmo relajado, las cenas a la fresca... me tienen enamorado 😉
Y otra de las cosas que todos gozamos en estas fechas como si no hubiera un mañana es.... ¡¡¡EL AGUA!!! Ya sea en ríos, lagos, piscinas o en el mar... Todos sentimos esta atracción irresistible por sumergirnos en el líquido elemento...
Agua bendita que nos refresca, nos relaja, nos divierte y nos hace sentir libres, conectados y felices.
Seguro que sabes de lo que te hablo, ¿verdad?
No es extraño que este elemento nos despierte tanta fascinación pues el agua es literalmente fuente de vida, salud y bienestar.
A mi me tiene absolutamente enamorado y después de años de trabajar con y en ella, la siento como un inmenso regalo del universo (literal) que entre otras muchas cosas, nos ofrece un espacio idóneo para relajar el cuerpo, calmar la mente, equilibrar las emociones y conectar con nuestra esencia.
Estoy seguro que no hace falta que te lo cuente, porqué habrás sentido 1001 veces sus efectos terapéuticos en tu propio SER.
Pero...
¿Cuál es su historia?
¿Cómo la hemos utilizado para cuidarnos a lo largo del tiempo?
¿Cuáles son exactamente los beneficios que le puede aportar a mi salud?
¿Cómo lo hago para poder aprovechar todo su potencial terapéutico?
En el artículo de hoy tendrás la posibilidad de:
- Profundizar de forma amena en tu conocimiento sobre el agua, sus características y beneficios.
- Descubrir cómo este elemento te puede ayudar a ganar salud, equilibrio y bienestar en tu vida.
- Aprender algunos sencillos ejercicios prácticos para poder sacarle el máximo partido la próxima vez que te tires a la piscina.
Y para hablarte del tema te traigo a una experta, Esther G. M. de Movimiento Inclusivo.
Esther es fisioterapeuta y conoce muy de cerca el mundo de la terapia acuática pues lleva muchos años trabajando en este elemento desde distintos enfoques, así que te dejo en buenas manos 😉
¡Espero que disfrutes a fondo de este viaje refrescante!
P.D: Y recuerda que la felicidad es real cuando se comparte, así que no olvides dejarnos tus opiniones, sensaciones y preguntas en los comentarios.
Índice
1. Orígenes de la hidroterapia
Hidro (agua) y terapeia (terapia), presente desde tiempos inmemoriales para cuidarnos.
Sabemos que los primeros humanos se establecían cerca de ríos y/o lugares donde tuvieran acceso al agua. Y que recogían ese tesoro líquido en forma de lluvia en recipientes que construían.
Para las antiguas civilizaciones orientales, los elementos esenciales que conforman todos los demás son: tierra, agua, aire y fuego. Sumando el éter en India, y la madera en China.
El agua se le atribuía a la feminidad, al invierno, al color negro y a los riñones. Flexibilidad y a la vez fuerza (inundaciones).
En Egipto el día a día versaba entorno al Nilo. Conocemos la afición de los egipcios por los baños, para mantenerse hidratados y cuidar su piel.
Para ellos el clima y la naturaleza era tan importante que le rendían culto. Sus dioses estaban estrechamente vinculados a lo natural.
Mira cuántos dioses relacionados con el agua (y me parece que faltan algunos):
- Sobek (dios cocodrilo creador del Nilo, la vida y la fertilidad),
- Anuket (diosa del agua y el sexo),
- Satet (de la guerra, el amor y las inundaciones),
- Menu (de la lluvia y la vegetación),
- Tefnut (de la humedad y el rocío),
- Tatenen (de las aguas subterráneas y lo que crece bajo tierra)…
¿Curioso eh? Y ahora no le damos apenas valor al abrir un grifo cuando antes era considerada como algo sagrado, motivo de oraciones, agradecimientos y plegarias.
También contaba con mención especial en las culturas clásicas. Ya Hipócrates recomendaba estar activos físicamente, una buena alimentación, la hidroterapia y masajes para estar saludables.
Es más, griegos y romanos construyeron establecimientos termales, gimnasios y piscinas para fomentar su salud.
Las termas romanas eran edificios grandes con varias salas según sus funciones:
Cerca de la entrada, el apoditerium o vestuario. Tras esto pasaban por baños calientes y fríos (en el caldarium y frigidarium) separados por una sala intermedia para aclimatarse. Tenían sauna (sudatio) y se solía terminar en la piscina al aire libre.
Se aseguraba la aclimatación y calefacción procedente del horno. También había profesionales masajistas, esteticistas, vendedores de aceites. Y los popinaes o bares, qué lugares.
Las termas eran muy económicas, o de entrada gratuita. Por lo que los romanos estaban acostumbrados a tomar un baño diario.

Y los baños turcos o hammam, equivalentes de las termas, en los que el agua sale también a vapor y hay baños de contraste de temperatura. Si bien con techos con forma de arco y con pequeñas aberturas para aprovechar la luz solar y evitar el goteo por condensación de las paredes.
Hoy en día, seguimos empleando la hidroterapia para cuidarnos: en balnearios, spas, aplicando cold-packs o geles fríos cuando tenemos fiebre o inflamación articular, haciendo ejercicio en piscinas, ríos y mares. O disfrutando de una ducha o un baño reparador.
2. Medio acuático, medio de conexión
Sabemos que el agua es imprescindible.
Nos formamos en un medio acuoso que nos nutre, nuestro primer hogar, el vientre materno como dice Biel en su artículo. Por eso nos mola tanto sumergirnos.
Nos regula a nivel emocional. Volvemos a conectar con esa experiencia natal, con nuestro ser primario. Y nos permite reconectar con nosotros, nuestras sensaciones internas y con los demás.
2.1. Con uno mismo y nuestras sensaciones
Tírate a la piscina y siente toda la información constante que llega a tus sentidos.
Nadar o simplemente bañarte es una experiencia multisensorial:
- De forma táctil: toda la piel recibe un masaje a través de las suaves corrientes. También te aclimatas a la temperatura.
- Oímos: ese sonido taaaaan relajante, por ejemplo de una cascada o del chapoteo de los bañistas.
- Vemos: observar el movimiento del agua, los remolinos que se forman… Hipnótico.
- Olemos: el olor característico de las piscinas.
- ¿Sabor? Bueno, mejor no tragar líquido. Lo que sí, es que de alguna forma se estimula el apetito. ¿Después de una sesión de piscina no te entra hambre?
Aparte de estimular tus sentidos, te da una nueva información de tus movimientos y capacidades.
En la piscina puedes hacer cosas aunque fuera no seas capaz. Por ejemplo, al pesar menos puedes hacer el pino más fácil, llevar a alguien a caballito o dejarte llevar.
Sin embargo, otras se dificultan al reducir la gravedad. El efecto “modo astronauta” al tratar de correr o andar deprisa.
Se facilitan los movimientos hacia arriba y se dificultan los movimientos a favor de la gravedad.

Vive la experiencia
Despertando los sentidos
Cuando tengas oportunidad simplemente túmbate boca arriba, déjate llevar por los pequeños torbellinos bajo tu cuerpo mientras flotas. Cierra los ojos y concéntrate en lo que vas sintiendo en tus piernas, tus brazos, tu espalda, tu nuca… Y simplemente disfruta del tacto, los sonidos, los olores, el movimiento, la temperatura.
2.2. Con el entorno
Centra nuestro nivel de arousal/atención. Ni estás dormido o aletargado ni hiperactivo, agitado. La inmersión en agua propicia un nivel intermedio donde podemos participar activamente.
Es decir, nos permite estar conectados con el entorno y el momento presente.
No estás en tu entorno natural (con los pies en tierra) y tu mente lo sabe.
Para entrar en la piscina, se ajusta. Prepara lo necesario, se aclimata al nuevo medio, ajusta las reacciones de equilibrio, la respiración al bucear o la atención para no sumergir la cabeza,…
El agua hace que te muevas de otra forma diferente. Quizá menos controlada, pero más flexible.
Te dejas llevar por el medio. En notar cómo te van moviendo las aguas con ese balanceo, y cómo va cambiando tu posición.
Tu cerebro está recibiendo un montón de experiencias estimulantes al bañarte. Y al estar ocupado en ese montón de información, pones en pause el “tengo que hacer esto y acabar esto otro”.
Solamente te ocupas de estar, de ser. Es un modo de meditar, y vivir en presencia. Si te interesa el tema, te recomiendo este encuentro con Sergi Torres.
Al acabar, estás más despejad@ y va todo más fluido.
Y lo mejor, nos hace conectar más con los demás.
Normalmente las piscinas son lugares destinados al bienestar y ocio. Donde vas a cuidarte y/o a divertirte. Por lo que los bañistas comparten ese interés común.
Nos equipara: similares experiencias en un mismo entorno controlado, mayor naturalidad (necesitamos traje de baño y poco más, nos despojamos de lo innecesario para ese momento), misma afición y habilidades más equiparables.

Por ejemplo, algunas personas con dificultades para moverse fuera, allí y sin riesgo de caídas, aumentan su movilidad.
Todo ello favorece darnos cuenta que todos somos iguales, a pesar de nuestras diferencias. Que compartimos más de lo que nos separa.
- Piensa en alguna vivencia compartida con amigos en la piscina, río o playa. ¿Fortaleció vuestros vínculos? O mejor, organiza una y registra que ocurre.
- Piensa ¿qué emociones te evoca un chapuzón? ¿Relax, exaltación, hambre, sueño, motivación, agitación, libertad de movimientos,…?
3. Sus beneficios
Nuestro cuerpo está formado de un 70% de agua, hasta 80% en bebés y niños.
El 83% de nuestra sangre; el 75% de nuestro cerebro; la mayor parte de nuestros pulmones, corazón, riñones e hígado; más del 70% de nuestra piel, los ojos…
Exacto. Somos seres líquidos. Y por ello, un buen equilibrio hídrico es salud.
3.1. Cardiorespiratorio
En la piscina, o bien porque estás modo relax o porque estás nadando favoreces tu respiración y tu corazón.
- Modo relax -> respiración diafragmática, hinchando y deshinchando la barriga como un globo. Tu corazón está feliz, calmado.
- Nadando -> haces ejercicio, aumentas tus pulsaciones y tu cuerpo necesita más oxígeno. Por ello, coges más aire por la nariz en cada inspiración y flexibilizas los músculos respiratorios. Lo sueltas por la boca.
Si lo combinas con buceo es genial. Las respiraciones son más profundas para así aguantar, poco a poco, cada vez más tiempo bajo el agua.
Además, la sensación de fatiga con el esfuerzo parece menor ya que tu cuerpo pesa menos y la regulación de la temperatura es más fácil. La temperatura no cambia tanto y sudas menos.
3.2. Circulatorio
Las corrientes benefician la circulación, haciendo como un efecto masaje linfático. Y favorecen la circulación de retorno venoso y la regulación de la presión sanguínea.
Muy recomendable en caso de piernas cansadas y/o varices. También para el dolor de pies.
Sobretodo sumergir pies y piernas en el agua fría o los baños fríos - tibios de contraste para el retorno venoso.
De normal, los ríos suelen estar fríos y las playas más cálidas. Aunque esto depende. Así como el mar Mediterráneo es puro caldo, en el Atlántico las aguas son muy frías.
A groso modo, la diferencia entre las aguas marinas y de los afluentes aparte de la sal, son los movimientos del oleaje más rítmicos y constantes. Y las propiedades minerales de cada tipo de agua.
Los baños de mar se les llama talasoterapia, de thalasos = mar. Su composición es similar al plasma sanguíneo. Alta en sodio, cloro y yodo. Minerales importantes para nuestra salud nerviosa, cardíaca, de músculos y huesos.
Advertencia: Un primer escalofrío al entrar es normal, pero el cuerpo ha de aclimatarse al moverse. Un segundo escalofrío al rato es señal de que hay que salir, por no estar preparados para adaptarnos a esa temperatura.
3.3. Alivia tensiones musculares
En este caso será nuestra aliada a temperatura cálida. 32º es una temperatura perfecta para reducir el tono en estudios de terapia acuática.
Piensa cuando te duele la espalda por contracturas, ¿te pondrías hielo o calor?
El calor relaja la musculatura, la distiende. Y nos permite movernos mejor, una vez calmado el dolor.
Siempre ha de ser una sensación de calidez, sin que resulte sofocante. Y en estas piscinas, no es recomendable hacer ejercicio intenso. Sino suaves y controlados.
Se utilizan para terapia acuática, con personas y niños con dificultades para moverse por músculos agarrotados, rígidos o espásticos o débiles (con un tono muscular alterado)

3.4. Efecto detox
En la piscina, también te hidratas por la absorción de líquido a través de la piel. Por ello, cuando salimos vamos corriendo a hacer pis.
Además, el suave masaje subacuático favorece el retorno y la eliminación de toxinas.
También estimula nuestro suelo pélvico que trabaja a tope para mantener el equilibrio.
Y el movimiento rítmico ayuda al peristaltismo o los movimientos de nuestra tripilla, potenciando un buen funcionamiento digestivo.
Todo ello sumado a la mejora circulatoria y respiratoria, deriva en este efecto detox.
Que ayudar a limpiar nuestro organismo, desechando lo que no nos sirve y potenciando lo beneficioso.
3.5. Estado de ánimo
El cuerpo está contento, lo estamos nutriendo de energía positiva y limpiando.
Y la mente está activa, conectada pero no estresada.
Todo ello nos hace sentir bien, nos estamos regalando una experiencia fantástica a nosotros mismos. Nos estamos cuidando, mimando.
Nos sentimos queridos como cuando estábamos en el vientre materno.
Por ello, el agua es tan motivante. Y tan recomendable para personas con períodos de ansiedad, agitación, apatía, depresión, desvalorización, etc.

Vive la experiencia
Movimiento libre y consciente
La teoría está bien para los libros. Pero toca experimentarlo. Tírate a la piscina, y muévete libremente, como te pida el momento. Puedes empezar por los dedos de tus pies. Luego tus tobillos, tus piernas, llevándolas a tu pecho y estirándolas. Tus manos, tus brazos y tu cuello. Siente el torbellino que creas con tu movimiento. Prueba a moverte lento y luego más deprisa.
4. Mi experiencia con el agua
Aprendí a nadar sobre los 5 años en piscina, y desde entonces soy de las que en la playa apenas paso tiempo en la toalla, prefiero estar a remojo.
También me encanta el agua fría de los ríos, aunque duro menos tiempo sumergida.
Aparte de ello, el agua ha estado presente en mi vida profesional también; como fisio y monitora de ocio.
4.1. Juegos con agua
Estuve colaborando con varias asociaciones y escuelas de verano como monitora, en las que se hacen actividades de ocio e inclusivas. También en un campus de fútbol para niños.
Esas semanas se proponen actividades y juegos en los que los peques y también los mayores nos lo pasamos en grande.
En verano nunca faltan las refrescantes experiencias con agua que tan divertidas son. Una opción inclusiva que se puede adaptar para nenes con diversas capacidades y/o edades:

Vive la experiencia
Relevos en agua
Dependiendo del número de niños, se hacen varios grupos y el juego consiste en pasar de un recipiente lleno de agua a otro vacío la mayor cantidad del líquido que sea posible en un tiempo determinado.
Se puede realizar haciendo transvases con vasos o botellas. Trasladándose o quedándose en el sitio y haciendo una cadena humana de un punto al otro. Pasando con las manos, con pies o con diferentes partes del cuerpo.
Se trata de encontrar la forma para que todos puedan participar, y formar conexiones a través del juego. Aparte que es muy divertido.
4.2. El agua para calmar el dolor y relajarse
Darse un baño suele ser para la mayoría de los mortales una experiencia relajante.
Más si se hace conscientemente. Por ejemplo en un spa, o balneario.
Se van todos los males. Nuestra mente está en modo relax y estas informaciones placenteras reducen la entrada de sensaciones dolorosas.
Aparte si el agua está tibia, la relajación muscular es mayor. Y fría es beneficiosa para la circulación venosa de extremidades.
Estos beneficios los observé trabajando en una terma en Francia muy reconocida por la calidad de su agua. Las propiedades minerales de esta además favorecen el funcionamiento excretor e intestinal.
Es un servicio promovido por la seguridad social francesa a aquellos que lo necesitan y la solicitan, para que una vez al año tengan acceso a tratarse diariamente mínimo dos semanas.
Allí se llama “faire de la cure”, hacer la cura. Y a los usuarios se les llama curistas.
Los curistas se tumban en una camilla de plástico con una colchoneta sumergible. Arriba de esta, una tubería con cuatro grifos para regular la presión de los chorros. Mientras, reciben tratamiento de espalda o extremidades.
El combo de terapia manual, con el masaje bajo los chorros mejora dolencias articulares, reumáticas y nerviosas.
4.3. Rehabilitación en agua
Se puede empezar a apoyar y trabajar musculatura de pies y piernas tras esguinces o fracturas, con apenas carga desde muy temprano, para evitar atrofias.
O simplemente estimular el equilibrio para prevenir caídas.
Últimamente estoy fijándome en la fisioterapia en neurorrehabilitación en piscina, y como se trasladan estos aprendizajes y efectos fuera. Concretamente con personas con ictus y nenes que no siguen un desarrollo típico.
El trabajo en piscina es genial porque les ayuda a hacer cosas que fuera aún no son posibles.

Como a concentrarse más en cómo apoyar de forma más estable los pies al caminar. Sin la preocupación de que “es que me voy a caer y dar un porrazo”.
A potenciar su equilibrio durante la sesión y sin riesgo.
A subir y bajar escaleras con las piernas sumergidas, con la ayuda de la flotabilidad.
A mejorar su tono mediante movimientos voluntarios más libres y ayudados por la temperatura y las propiedades del agua.
Me viene a la mente un nene que fuera apenas es capaz de darse la vuelta en la cama y le es difícil controlar el movimiento de su cabeza. Y dentro fortalece abdominales, cuello, columna y además motivado, conectado y con una sonrisa.
Y es que no solo se puede usar el agua para rehabilitar el movimiento tras una lesión neurológica o traumática. También se puede usar este medio para mejorar el habla mediante el trabajo de la respiración en logopedia.
Y el aprendizaje, la atención, la concentración y la memoria con material adaptado (por ejemplo, forrado o plastificado) en neurocognitiva.

Vive la experiencia
¿Quieres mejorar tu equilibrio?
En piscina donde te cubra mínimo hasta la cintura, camina de un lado a otro con unas tablas de corcho bajo tus pies, sin que se suelten. ¿Cuesta? Luego camina sin ellas ¿qué notas? Prueba también a caminar de lado y hacia atrás 😉
5. Conclusiones + regalo
El medio acuático nos permite experimentar y aprender de una forma diferente.
Tiene múltiples ventajas que luego podemos extrapolar a tierra. Y nos deja relajados y preparados para las tareas de nuestro día a día.
Y una persona con mente y cuerpo saludables, será más eficiente en su día a día, y capaz de disfrutar y vivir de forma más plena.
Y hasta aquí lo que quería contarte, sólo te queda aplicarlo. Y ya nos cuentas.
Por último, te ofrezco un regalo creado con todo mi corazón: la guía gratis sobre bienestar para personas con diversidad funcional y familias. Que podrás descargar aquí:
https://www.movimientoinclusivo.com
Ha sido un placer pasarme por aquí.
Y si tienes cualquier impresión, pregunta o algo que quieras expresar, nos leemos en los comentarios.
Un abrazo,
Esther
Que gran artículo! Gracias por tanto valor. Amo el agua sea como sea. Mi actividad preferida es el buceo. Pero el agua en todas sus formas es sanadora.
Realmente es mágico el poder Terapéutico del agua, gracias por acercarnos este contenido y todas las pautas.
Un gran abrazo.
¡Hola preciosa!
Sí, el agua es un elemento increible y como tu dices, es sanadora en todas sus formas. Nunca he probado el buceo pero me muero de ganas, hay un mundo ahí abajo!
Gracias por comentar y valorar el artículo, Esther ha hecho un trabajo realmente muy bonito.
¡Un abrazo!
Hola guapa,
Sí, las experiencias que brinda el agua son mágicas. No he tenido la oportunidad aún de bucear más allá del snorkel, pero debe ser estupendo. Me encantaría ver de cerca los arrecifes de coral, así que a aprender se ha dicho
Gracias a ti, por leer y comentar.
¡Un abrazote a los dos!